Planteo patronal para reglamentar la huelga
En el marco de un foro organizada por la consultora KPMG para analizar el impugnado decreto de prevención de conflictos, el asesor letrado de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS), Juan Mailhos, pidió regular de manera más eficaz la prevención de conflictos ante la evolución del tema, que preocupa mucho a los empresarios. A su juicio, tras la derogación del decreto que habilitaba el desalojo policial de ocupantes, la aprobación de la ley de fuero sindical y el decreto regulatorio de la conflictividad, se dio una argentinización de las relaciones laborales.
Se ha abandonado la regla de derecho para privilegiar la relación de fuerza en los diferendos obrero-patronales, sostuvo.
No deseable. Destacando que los empleadores no ven al conflicto como una situación deseable, el representante patronal dijo que se hace necesaria la reformulación de la ley de Consejos de Salarios de 1943, norma que ha quedado corta en temas como el del ámbito rural.
Mailhos criticó los criterios adoptados por el Poder Ejecutivo para conformar los grupos de los Consejos, reduciendo su cantidad y contraviniendo la nueva realidad de especialización de las empresas para adecuar el régimen a la realidad sindical.
La dinámica de ocupaciones realizadas en el entendido de que son una modalidad de la huelga determina que quizás haya que ponerle el cascabel al gato y empezar a pensar en reglamentar el derecho de huelga, para determinar cuándo es lícita y cuándo no lo es, evaluó.
También propuso un pronto inicio del debate hacia la elaboración de una ley de negociación colectiva y sugirió como modelo el pacto por el crecimiento y el empleo celebrado recientemente en la España de gobierno socialista, forjado entre una poderosa confederación empresarial, la central sindical UGT (socialista) y la central CC.OO. (comunista).
Valorizar la gestión. El actual asesor del Ministerio de Industria y ex asesor del PIT-CNT, Juan Manuel Rodríguez, dijo que en Uruguay aún no es dominante el modelo de empresas de alto rendimiento surgido en países desarrollados desde mediados de los años ´70 de la mano de la caída del ritmo de crecimiento económico y de la productividad.
Sugirió que la elección del esquema de relaciones laborales se subordina a una opción previa sobre el tipo de economía empresarial que se persiga.
A su entender, es mucho más sólido y estable pensar en mercados específicos y segmentados para que una economía como la uruguaya coloque sus producciones, aunque ello conlleve mayor riesgo.
Esa apuesta, prosiguió, supone una valorización de la gestión y de los conocimientos al interior de cada empresa, así como el involucramiento de los trabajadores en los planes de producción y aprendizaje. Aclaró que en ese escenario no alcanza con la muy pobre negociación por IPC, ya que otra cosa es negociar salario por resultados, camino que le sirve más a la empresa.
Rodríguez demarcó claramente los actuales límites para viabilizar tal diseño productivo, enfatizando que ese desafío exige reglas de juego claras,una postura empresarial moderna y que los sindicatos comprendan que puede ser un momento histórico de quiebre.